Estemos de acuerdo o no,los cambios actuales en el modelo de farmacia, exigen que las farmacias, desde la dirección, trabajen más como empresarios que como farmacéuticos.
Pocas empresas facturan anualmente lo que facturan las oficinas de farmacia y aun así, su gestión no está correctamente departamentalizada, no existen departamentos de recursos humanos, contabilidad o calidad en la farmacia, todas estas responsabilidades reacaen sobre el farmacéutico titular. Por tanto ya no es suficiente con ser buenos profesionales sanitarios, sino que además el farmacéutico debe ser un excelentes gestor.
Y esto ocurre, no por el incremento de la competencia en el sector o la crisis económica con los continuos recortes en las farmacias, sino principalmente porque el cliente lo exige.
Nuestros clientes han cambiado, ya no solo buscan el consejo de su farmacéutico y son fieles a su oficina de farmacia, ahora exigen entre otras cosas calidad, precio, servicio, atención personalizada y unas buenas instalaciones. Si en algún punto fallamos simplemente cambiarán de farmacia.
Pongámonos como ejemplo a nosotros mismos como consumidores; ¿dónde compramos ?, ¿por qué compramos ahí y no en otro sitio? ¿qué exigimos?
Ahora debemos preguntarnos, con todas las farmacias que hay donde podemos comprar, ¿elegiríamos la nuestra?
Para poder responder afirmativamente, debemos dedicar muchas más horas a la gestión empresarial que a la farmacéutica
Hace unos años era a la inversa y en un futuro seguramente también sea diferente, pero actualmente es así y como indicábamos al principio, es indiferente que estemos de acuerdo o no lo estemos, aunque tengamos razón, porque no debemos pensar que nuestro entorno debe cambiar a nuestra realidad, sino que debemos ser nosotros los que nos adaptemos a los requerimientos de nuestro entorno.